Cuando recibimos el diagnóstico nuestras prioridades de vida cambian, comienza una ardua búsqueda de tratamientos y apoyos que podrían ayudarnos a garantizar la autonomía de nuestros hijos a futuro. Nuestras inquietudes se centran en que nuestros hijos superen los hitos del desarrollo. Va pasando el tiempo, los retos siguen, superamos etapas, pero comienzan otras, y así se nos va pasando la vida, ensimismadas en el abordaje mientras nos abandonamos a nosotras.
No me malinterpretes, el abordaje del autismo amerita atención y debe estar en nuestra lista de prioridades, pero éste no debe privarnos el derecho a sentirnos bien emocional y físicamente, sobre todo cuando sabemos que nuestros hijos dependen de nosotras.
¿Están tus deseos alineados con tus acciones?
Uno de los grandes deseos de los padres de niños con condición es el ser inmortal. Sabemos que esto es utópico, pero ¿qué tal si cuidáramos más de nuestra salud física y emocional? Quizás nos acercáramos un poco más a ese sueño, dentro de lo posible. No se puede aspirar a ser inmortales, pero si podemos ocuparnos para de cierta forma garantizar ser más longevos.
Me tocó aprender esto por las malas, no siempre pensé de esta forma. Hace un tiempo sufrí un colapso tanto físico como emocional. Tuve una fuerte recaída en una condición de salud crónica que padezco, me costaba estar parada, tenía dificultad para respirar y tragar, debía alimentarme solo con líquidos, todo esto dejó un saldo negativo en mis niveles de energía y mi estado de ánimo. Durante este tiempo estaba en casa a cargo de mi hijo, mientras mi esposo trabajaba. No contaba con ningún tipo de ayuda. Entré en pánico, mi hijo Seguía necesitándome, pero yo ya no estaba disponible para él. Fue una época difícil que me dejó un gran aprendizaje.
La ecuación es sencilla, si nuestros hijos dependen de nosotras, dependen entonces de nuestra salud, de nuestras capacidades, de nuestra fortaleza y de nuestro equilibrio emocional, pero pareciera que nos cuesta entender esto.
¿Están tus deseos alineados con tus acciones? ¿Está tu salud y tu bienestar emocional en tu lista de prioridades? Queremos ser inmortales, pero no queremos cuidarnos. “Mi hijo primero” “antes que invertir en mí, invierto en mi hijo”, ¿te suena? No esperes colapsar y entrar en pánico para abrir los ojos y entender que tú también importas, que eres el pilar fundamental en el bienestar de tu hijo y que para garantizarlo, debes ocuparte de ti.
Las estadísticas lo confirman
Un estudio publicado en 2014 indicó que los padres de niños con condición reportaron una salud mental más pobre que la media, con elevadas tasas de síntomas depresivos. Así mismo, muchos estudios han demostrado que los niveles de estrés en padres de niños neurodiversos son mucho más altos que los observados en padres de niños neurotípicos. Muy bien se saben los innumerables efectos del estrés en la salud, de lo cual también abunda data científica.
Con tan solo algunos ajustes puedes lograr grandes cambios
No se trata de sacrificar horas de abordaje para ocuparte de ti, tampoco de que te conviertas en experta en Yoga, fitness o nutrición, se trata de ir haciendo ajustes progresivos que vayan contribuyendo con tu salud física y emocional. Se trata de ser más consciente de cómo te sientes y lo que necesitas para estar bien. Con pequeños cambios, pausas cortas y una buena planificación tendrás suficiente para empezar a sentir los beneficios de llevar un estilo de vida que te permita lograr un balance entre tus necesidades y las de tu hijo.
A continuación, te planteo algunos pequeños cambios que podrías hacer para mejorar tu bienestar integral y tu salud.
- Incorpora en tu dieta diaria alimentos altos en nutrientes y con propiedades antiinflamatorias: Cambios simples como sustituir las grasas malas por grasas buenas, incorporar una porción de vegetales en cada comida, y sustituir snacks azucarados por fruta fresca o nueces ya marcan la diferencia. Comienza progresivamente e irás notando los cambios en tus niveles de energía.
- Practica respiraciones profundas conscientes durante el día: Aparta secciones cortas de cinco minutos para hacer respiraciones profundas, debes hacerlas con conciencia, esto significa que debes concentrarte en tu respiración mientras lo haces. Las respiraciones profundas activan el sistema parasimpático, responsable de los estados de calma.
- Practica algo de actividad física: Si no encuentras el tiempo o no estás acostumbrada, puedes intentar con sesiones cortas divididas a lo largo del día. Unos 10 minutos de baile por aquí, unos 10 minutos de caminata por allá y unas cuantas subidas de escalera son opciones que podrían hacer la diferencia en comparación con llevar una vida completamente sedentaria.
- Cultiva tus relaciones: No me refiero sólo a tus seres queridos, sino también a tus amistades. Conectar con otros ofrece muchos beneficios para la salud y para nuestro estado de ánimo comparte tiempo de calidad con tus familiares y amigos, encuentra una red de apoyo que te permita lograr ese sentido de pertenencia que tanta falta nos hace a veces a quienes somos padres de niños con condición. Unirte a grupos de apoyo podría ser una buena forma de empezar. Para más información acerca de los beneficios de contar con una tribu haz clic aquí.
- Haz pausas conscientes: Las pausas nos permiten recargarnos y liberar un poco de estrés. Aprovecha el momento en que tus hijos se bañan o comen y permítete un tiempo para ti, para tomar un té y disfrutar del momento con conciencia, prestando atención a tus sentidos, al sabor del té, a su olor, a lo que miras y escuchas. No tiene que ser el té, puede ser un baño, escuchar música o cualquier otra cosa que te haga sentir bien.
En resumen
La salud también es un pilar importante en nuestro rol de madres, nuestros hijos dependen de nosotras, de nuestra energía y nuestro bienestar físico y emocional, para poder hacer frente a los retos diarios con resiliencia y optimismo, pero sobre todo con fortaleza, de cuerpo, mente y espíritu. Inclúyete en tu lista de prioridades, todo lo que inviertas en ti, incluyendo tiempo, se verá reflejado en tu hijo.
Te abrazo fuerte.